Producción de primavera de 2021: "Teatro Hablado", Fragmentos trabajados de nuestra adaptación de la obra.
El enfermo imaginario. Molière. 1673.
Cleonte - Vicente Ventosa
Es una fresca y soleada mañana primaveral en el bullicioso París de 1673, pero el señor Argante no se da cuenta porque siempre está en su casa con las ventanas cerradas y las cortinas echadas para evitar las corrientes de aire. Bien abrigado con su bata, su bufanda, su gorro y sus pantuflas de lana, lo encontramos concentrado en echar las cuentas pendientes con su boticario. Sentado a la mesa, repasa las notas y prepara los pagos.
Argante debe ausentarse repentinamente justo cuando su hija Angélica entra. La joven aprovecha para tener la siguiente conversación con la criada Antonia, a la que le une un gran cariño y en quien confía plenamente.
Ya regresa Argante junto a Angélica, y le anuncia que han pedido su mano. La muchacha siente una gran emoción... ¡su joven enamorado la ha pedido a su padre! Y cuando Argante le anuncia que la ha concedido su alegría no tiene límites. Pero el mundo se le vuelve al revés cuando su padre le hace saber que su prometido es Tomás Descompuestus, un médico recién licenciado e hijo de médico, y no Cleonte, el apuesto muchacho de quien está realmente enamorada.
Argante desea un yerno médico para tener en casa todos los cuidados y curas posibles. Angélica protesta enérgicamente, pero él la amenaza con meterla en un convento. Antonia, la criada, también se enfrenta con vehemencia a su señor, y se enzarza con él en una acalorada disputa que termina con Argante persiguiéndola por la habitación blandiendo su bastón, mientras ella le esquiva obligándole a correr. Belisa, la segunda esposa de Argante y madrastra de Angélica, entra alarmada por el barullo.
Antonia quiere ayudar a la joven. Para ello, le advierte que cambiará de estrategia: se pondrá fingidamente de parte de su padre.
Tiene lugar la visita de cortesía del doctor Descompuestus y su hijo Tomás, para formalizar el compromiso. (Fragmento 314 a 382; en preparación.) Angélica descubre que Tomás está dispuesto a casarse sin importar su opinión, y se enfrenta a Belisa conocedora de que su madrastra quiere quitársela de encima encerrándola en un convento. Sin embargo, el compromiso se cierra.
Poco después Belisa cuenta a Argante que ha pillado a un hombre en la alcoba de Angélica, y que su hermana menor, Luisa, es cómplice del encuentro. Ciertamente Cleonte ha hecho una visita secreta a Angélica. Argante quiere enterarse mejor de lo que ha sucedido y llama a Luisa para interrogarla.
Argante recibe, poco después, la visita de su hermano Beraldo, que quiere hablarle de un buen partido que conoce para su sobrina Angélica, pero se encuentra con que Argante tiene otros planes. La criada Antonia le pide ayuda para favorecer a la joven, y le cuenta que tiene un plan para desacreditar al médico de su señor. Argante está empeñado en casar a su hija con un médico para tener la atención que cree necesitar en su propia casa, y Beraldo discute con él sobre la necesidad obsesiva que tiene de recurrir a médicos y boticarios a todas horas. Cuando aparece en escena el boticario Oliscante.
Oliscante le ha contado al dr. Purgón que se le ha impedido administrar la lavativa prescrita, y Purgón ha acudido inmediatamente a retirar su apoyo a la boda de Tomás con Angélica, y a abandonar a Argante a sus dolencias, amenazándole con un rápido empeoramiento y un inminente y trágico final. La angustia que siente Argante no conoce límites, pero en ese instante Antonia anuncia la llegada de un nuevo médico que desea conocer al señor.
La treta está dando resultado. Argante y Beraldo conversan de nuevo sobre el futuro de Angélica. Roto el compromiso, Argante está dispuesto a castigarla metiéndola en un convento, una idea que Belisa le ha metido en la cabeza. Beraldo no consigue que Argante comprenda la mala intención de su mujer, pero Antonia interviene de nuevo. Convence a Argante de que se haga pasar por muerto para mostrar a Beraldo que está equivocado, y que Belisa le quiere de verdad, pero cuando Belisa descubre el supuesto cadáver se alegra y Argante "resucita" para echarla de su casa y dar la razón a su hermano. Luego vuelve a fingir su muerte para comprobar la reacción de Angélica, que llora sinceramente a pesar de las diferencias que tenía con él. Vuelve a resucitar Argante y, feliz de verse amado por su hija, le permite por fin que se case con su enamorado Cleonte.
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